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En estos tiempos en donde ha estado tan cuestionada la protección ejecutiva, vale la pena detenerse un poco a reflexionar sobre las características y preparación con las que deben contar el personal que se emplea para ello.

 

Revisando diversos incidentes, en dónde escoltas pusieron en riesgo vidas de terceros y además la integridad de sus protegidos, muestra no solo una falta de capacitación en cuestiones de seguridad, sino también en temas de desarrollo humano. Parece que la única escuela de seguridad y las aspiraciones fueron las películas de Hollywood, que no podrían ser más lejos de la realidad.

 

Aunque en el cómo obtuvieron sus puestos, en algunos casos si se escucha como de película. En Hollywood es común que un lava lozas logra obtener cualquier puesto, incluso ser millonario. En la vida real en Latinoamérica es igual de común encontrar escoltas que fueron jardineros, office boys o mensajeros que se ganaron su cambio de puesto sin procesos de reclutamiento o una selección acucioso sino con su probidad y entrega en su puesto anterior, promovido por cierto, por sus mismos protegidos ¿Les suena común?

 

Lo anterior no es necesariamente malo en su inicio; sin embargo, el personal de protección ejecutiva (PPE) debe contar con características, actitudes y aptitudes sui generis para brindar un servicio de calidad, por ello es tan importante que en los procesos de reclutamiento y selección se hagan estudios de valoración profundos que vayan desde estudios socioculturales, exámenes grafológicos, pruebas físicas, médicas y operativas, pasando por exámenes toxicológicos y poligráficos, así también con entrevistas con los implicados. En nuestra experiencia de más de 20 años en el tema, hemos observado que las empresas de calidad que realizan este proceso cabalmente, concluyen que de 100 aspirantes que consultan, se quedan con 3 candidatos finalistas. Una vez contratado, los controles de confianza permanentes del PPE (al menos cada 12 meses) son necesarios para mantener al equipo libre de desviaciones que pudieran derivar en riesgos innecesarios para el VIP. Pareciera bastante exagerado, pero el tema sin duda lo amerita, cuando estamos hablando de confianza, integridad y cumplimiento del perfil profesional.

 

EL PROCESO DE SELECCIÓN Y CAPACITACIÓN ES LA CLAVE PARA UN SERVICIO DE CALIDAD

Por citar algún ejemplo, en diversos países de Europa occidental, para que una persona pueda otorgar un servicio de protección ejecutiva tiene que ir a la academia por un lapso de 200 horas en múltiples materias y después recibe un carnet que lo acredita como tal, mismo que para mantenerlo debe estar en constante entrenamiento y con controles de confianza permanentes, para otorgar un servicio de calidad.

 

Por el contrario, en países en vías de desarrollo, el grueso de los usuarios piensan que enviar a su conductor o escolta 8 horas al año a curso de conducción de vehículos ya es suficiente y está cumpliendo con un perfil competente y competitivo…nada más alejado de la realidad, aunque evidentemente eso es mejor que nada. Si una persona no se capacita constantemente, pierde o no desarrolla las habilidades para las cuales ha sido contratado.

 

Para contar con un equipo de protección personal de calidad, se requieren de programas integrales de formación orientados al alto desempeño del personal. Desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes que coadyuven realmente en la reducción de los niveles de riesgos del ejecutivo y su familia, pero también en el desarrollo como persona, y que es donde muchos ejecutivos o empresas se olvidan, de recordar que detrás de ese trabajador intenso, rudo y cabal, también hay un ser humano que requiere un desarrollo integral. Dicho lo anterior, consideramos que en estos programas deben existir dos piernas fundamentales con una gran arista de materias, solo por citar unas pocas enuncio:

 

Ámbito Técnico- Estratégico (capacidad de hacer)

Conducción de vehículos

Primeros Auxilios

Uso y manejo de armamento

Técnicas de prevención y protección personal

Vigilancia y contravigilancia

Programas de protección en traslados

Inteligencia y contra inteligencia

 

Ámbito Socio Cultural (desarrollo del ser)

Defensa Personal y Acondicionamiento Físico

Integración, protocolo y relaciones humanas

Desarrollo de la madurez

Manejo de Conflictos

Manejo del estrés

Hábitos de orden y disciplina

Comunicación asertiva

Efectividad en el servicio a ejecutivos

Actitudes de respeto, honestidad y responsabilidad

 

La definición del programa habitualmente va alineado con los valores que pregona la compañía o el ejecutivo y acorde con sus necesidades. Por ejemplo, si el VIP es una persona diabética o hipertensa, el entrenamiento en primeros auxilios del PPE debe ser celoso, así como los protocolos de reacción ante este tipo de emergencias. Así también, tiene que caber la cordura en el PPE de no violar leyes y reglamentos ni afectar a terceros solo porque su VIP se lo pide (de hecho ya hay muchos malos ejemplos de ello). El verdadero profesional de PPE, debe ser íntegro, encaminado a un comportamiento de un orden ético y moral, orientado a desarrollar las habilidades para identificar y prevenir situaciones de riesgo. Si el PPE realiza su trabajo eficientemente, orientado a la prevención, es muy poco probable que llegue a un enfrentamiento con delincuentes, pero por supuesto, debe estar capacitado para reaccionar eficientemente, velando siempre por la integridad del protegido.

 

Todo este proceso de calidad siempre debe ir acompañado de una buena remuneración, prestaciones y buen trato al PPE, de lo contrario, hablaremos de utopías y de falta de coherencia en su definición.

 

Como profesionales de seguridad, estamos obligados a asesorar a nuestras empresas y a los protegidos, para velar por su seguridad personal, nosotros somos los especialistas y para eso estamos ostentando nuestra posición actual, hagámosla valer.

 

Enrique Tapia Padilla MA CPP

Socio Director

Altair Consultores en Protección

www.altair.mx